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Piscicultura, una alternativa obligatoria para las comunidades nativas de la Amazonía Peruana 

Ante la contaminación ambiental y la instalación de empresas extractivas en la Amazonía peruana, las comunidades nativas de la región deben buscar alternativas para sobrevivir. Por ejemplo, la pesca se ha convertido en una actividad restringida y empuja a los pueblos indígenas a realizar la piscicultura.

Las comunidades nativas de la región están ingresando lentamente a una nueva etapa en la que deben adaptarse a sus nuevas condiciones de vida. El cambio climático, la contaminación ambiental o incluso la instalación excesiva de compañías de hidrocarburos, mineras y centrales hidroeléctricas, los obligan a cambiar sus vidas cotidianas.


Además, la expansión de las ciudades y la construcción de carreteras cerca de estas comunidades han provocado la desaparición de gran parte de la vida silvestre. Algunas especies están al borde de la extinción, otras ya han desaparecido.
 

Como consecuencia, la caza y la pesca son ahora actividades restringidas en la región. Es por eso que la comunidad nativa Asháninka “Shintoriato” es un ejemplo perfecto de esta adaptación a este mundo globalizado.

 

Ubicada a orillas del río Perené, en la región de Selva Central, esta comunidad siempre ha pescado en este río para alimentar a todos sus miembros. Sin embargo, hoy en día, debido a la contaminación del agua y a la pérdida de biodiversidad, todo ha cambiado por completo.


"En la actualidad, debido a la contaminación, el río Perené no tiene la abundancia de peces que tenía antes. Esta es la razón por la cual, en nuestra comunidad, comenzamos en la piscicultura. Entonces, ahora podemos pescar el paco, un pescado sano y nutritivo que nos permite alimentarnos", explicó Hilda Pérez Mankori, miembro de la asociación de acuicultores "Chinkori".


Esta asociación, creada hace siete años con el apoyo y la asistencia de la ONG “Separ” (Servicios Educativos, Promoción y Apoyo Rural), tiene como objetivo criar peces en estanques dentro de la comunidad.


"En la actualidad, tenemos ocho estanques. La cría de nuestro pez nativo, el paco, está destinada a nuestro consumo personal, a la venta en nuestro restaurante o también a la venta por kilo", detalló Hermelinda Palomino, presidente de la asociación "Chinkori".


Esta comunidad, que no posee abundantes territorios para cultivar productos como el cacao, el café u otras variedades de frutas, no tuvo otra alternativa que aceptar la actividad de la piscicultura para poder alimentarse pero también para poder articularse al mercado.

 

"La piscicultura es realmente beneficiosa para nuestra comunidad. Los extranjeros nos visitan para probar nuestro plato típico -el Paco- y esto representa un ingreso adicional para nosotros y para la asociación", confirma Hilda Pérez Mankori.

Paco frito: comida peruana

Plato típico: Paco frito con yuca

Si bien esta actividad les brinda beneficios, es evidente que esto es completamente nuevo y que por ende modifica su vida cotidiana como pueblos indígenas. Hoy en día, las comunidades tienen que aprender a criar y vender peces en estanques y lo están aprendiendo constantemente.


"Antes, solíamos ir a pescar a los ríos, pero hoy ya no podemos hacerlo. Es inconcebible que alimentemos a nuestros hijos con un pescado que sabemos que está contaminado. Es por eso que criamos nuestros pescados para nuestro propio consumo. Con la cría en estanques, podemos tener algo para comer tanto en el desayuno, el almuerzo o la cena", confirmó Hermelinda.


La organización asociativa “Separ” controla la actividad de la piscicultura con el objetivo proteger el medio ambiente y causar el menor impacto posible en los ecosistemas naturales. Es por eso que, por ejemplo, se plantan árboles alrededor de los estanques con el fin de devolverle a la zona la vegetación que originalmente tenía.


"El impacto de la piscicultura en el medio ambiente es muy bajo ya que no es intensivo. Además, promovemos la cría de peces como el paco o el boquichico. Estas son especies nativas de esta región, entonces, si un día 'escapan' de los estanques, esto no tendrá graves consecuencias para las especies naturales que habitan en el área circundante", agregó Manuel Albán, asesor técnico de la ONG Separ.

Mujeres al frente de la asociación

Piscicultura

Mujeres de la Comunidad nativa "Shintoriato" pescando en el estanque

Existen organizaciones de mujeres nativas en la Amazonía, sin embargo en esta región, la igualdad entre ambos sexos está lejos de ser perfecta. Es por eso que la comunidad Asháninka Shintoriato "rompe con los esquemas" de la mano de su proyecto de piscicultura dirigido y llevado a cabo sólo por mujeres.


"Como mujeres, estábamos en casa, pero queríamos participar de otra manera para mantener nuestros hogares y alimentar a nuestros hijos", dijo la presidenta de la Asociación, Hermelinda, quien agregó que "los hombres a veces son machistas y no quieren asociarse con las mujeres. Nosotras somos el ejemplo de que las mujeres también podemos trabajar".

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Cuando se creó, la asociación estaba conformada por una docena de mujeres, hoy en día los hombres también están integrados. "Los hombres de la comunidad han comenzado a comprender que logramos obtener muchos ingresos gracias a la piscicultura y a la venta de nuestros platos típicos. Incluso los más jóvenes quieren formar parte del equipo", explica.

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La organización Separ también juega un papel importante en la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres dentro de las comunidades. "Gracias a los diversos cursos de capacitación ofrecidos por la ONG Separ, aprendemos que las mujeres somos iguales a los hombres, tenemos los mismos derechos. Por eso, en mi opinión, no vivimos más en el machismo. Está desapareciendo poco a poco", comentó Marta Casanto Castillo, vicepresidenta de la Asociación.


Las comunidades nativas están en una lucha constante por sus derechos como pueblos originarios, luchan por los derechos de las mujeres, luchan por la conservación de sus territorios y luchan por su supervivencia.

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