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Ámsterdam, la ciudad de las bicicletas

En nuestro paso por la capital holandesa hubo algo que nos llamó mucho la atención. Y es que todo el mundo anda en este vehículo de dos ruedas. No importa la edad de las personas, ni a qué lugar se dirijan en el momento, ¡todos circulan en bicicleta!

Si no conocen Ámsterdam, les contamos que es una ciudad muy hermosa y pintoresca con un centro antiguo repleto de pequeños canales que le dan  un toque mágico. Pero hay otra cosa que distingue el paisaje cotidiano de esta ciudad: las bicicletas.


Sabemos que actualmente en muchas ciudades del mundo se está comenzando a implementar cada vez más el uso de estos vehículos para proteger el medio ambiente, pero les aseguramos que como Ámsterdam, no hay otra igual. 


Caminar por el centro de la ciudad es una verdadera locura. Haces dos pasos y se siente  "tilin tilin" la bocina de una bici que viene de atrás y necesita pasar por donde vos estas caminando. Hay que aclarar que la mayoría de los lugareños va demasiado rápido en sus bicicletas esquivando a los turistas que deambulan por el lugar. 
   

Como se ve en la tercera foto, hay estacionamientos para bicis por toda la ciudad. Obviamente, siempre están llenos. Además, hay carriles para bicicletas que recorren todo Ámsterdam. Actualmente cuenta con más de 15.000 kilómetros.

 

Para que puedan comprender la magnitud de esto, les damos un dato: en Ámsterdam se calcula que hay alrededor de 840.000 bicicletas, lo que nos lleva a afirmar que prácticamente hay una bici por habitante (850.000 en el último censo). Algo realmente increíble.

 

Ahora bien, existe en la capital holandesa un gran problema que tiene que ver con la enorme cantidad de robos y vandalismo alrededor de las bicicletas. Según las autoridades locales, entre 50.000 y 80.000 son robados por año en la ciudad.

 

Y algo aún peor, que les va a tocar ver si algún día pasean por los canales de la ciudad, es el enorme número de bicicletas que es arrojado allí. Como se ve en la séptima foto, un bote recorre diariamente los canales con el objetivo de recoger cualquier escombro que haya en el fondo -la mayor parte son bicicletas-.

 

Cuando hicimos el paseo en bote por los canales, y pudimos ver a los recolectores de escombros en pleno trabajo, nos dijeron que se recogen alrededor de 15.000 bicicletas al año del fondo del agua. Cuando consultamos al capitán del bote en el que nos trasladábamos el porqué de esta situación, nos respondió que muchos se deben a robos, aunque una gran parte es consecuencia de actos de vandalismo.

 

Más allá de esto, Ámsterdam es una ciudad hermosa y sin duda no se puede perder la oportunidad de conocerla. Su bello paisaje, sus antiguas y delicadas edificaciones desplegadas por todo el centro, sus largos canales que la recorren por completo, y obviamente, sus bicicletas. 

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