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Acción climática: ¿Es ahora o nunca?

Los malentendidos en la lectura del último informe del IPCC, retransmitido en los principales medios de comunicación, generaron pánico al indicar que solo nos quedaban tres años para actuar a fin de preservar “un mundo habitable". Sin embargo, este no es el mensaje que transmiten los científicos: podría ser contraproducente y desmovilizar a buena parte de la población. La emergencia climática es una realidad y la rápida reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es un elemento clave para limitar el calentamiento global. Entonces, ¿Qué futuro le espera a nuestro planeta?

Olas de huracanes

“Tres años para actuar”, “ahora o nunca”, “todo o nada”… Esta visión del futuro climático no es la que transmiten los científicos del IPCC en su último informe. Sin duda, es urgente poner en marcha medidas concretas para frenar el calentamiento global mediante la reducción fuerte y rápida de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero, según ellos, nunca es demasiado tarde para actuar. "Debemos permanecer absolutamente combativos", asegura Hervé Le Treut, físico y climatólogo, miembro de la Academia de Ciencias y ex miembro del IPCC, mientras se hace la siguiente pregunta: "¿Podemos decir que hay un umbral mágico más allá del cual todo explota? No, no podemos decir eso".

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Durante décadas, los científicos han estado advirtiendo al mundo sobre la urgente necesidad de actuar y, hoy, la situación es tal que, a toda costa, vamos a tener que enfrentar impactos negativos considerables a escala mundial. El objetivo es lograr que estos impactos sean lo más bajos posible para la humanidad. “A partir de 2014 se traspasó una barrera, la de las emisiones de dióxido de carbono. Estamos en camino a un aumento de temperatura de 2,7°C a fines de siglo”, indica Luis Tuninetti, profesor de la licencia “Medio Ambiente y Energías Renovables” de la Universidad Nacional de Villa María (Argentina), miembro del Centro para Estudios de Planificación Ambiental y revisor externo del último informe del IPCC.

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La influencia humana es un elemento clave que puede determinar el futuro climático de nuestro planeta. “Mucho de lo que podría suceder para 2030 o 2050 depende de la velocidad, la fuerza y ​​el tipo de acciones que llevamos implementando desde hace cinco años”, explica Miguel Cifuentes-Jara, autor principal del informe especial del IPCC sobre el océano y la criósfera, y director sénior del programa "Clima azul" de la ONG Conservación Internacional.

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Según los datos climáticos actuales, se espera que las emisiones de gases de efecto invernadero sigan aumentando… Es difícil imaginar que podamos alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. “Este objetivo es muy complicado y hay muchas posibilidades de que no lo alcancemos. Desde la perspectiva de la acción climática, no podemos dejarnos llevar por esa actitud de que el reto es imposible”, dice el ecologista del cambio global Miguel Cifuentes.

¿Cuáles son los impactos en el océano, un importante regulador del clima?

Mar en calma

Los océanos juegan un papel fundamental en la regulación del clima, generan oxígeno y absorben alrededor del 90% del exceso de calor acumulado en el sistema climático debido al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. “Esta dinámica no puede continuar a largo plazo”, comenta Miguel Cifuentes.

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Esta cantidad de energía adicional que almacenan los océanos hoy en día tiene importantes consecuencias sobre la evolución del nivel del mar, el aumento de las temperaturas o incluso el deshielo. "Esto nos lleva a la tasa más alta de derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia donde, cada año, el equilibrio entre el hielo y la nieve acumulados y los derretidos ya no existe". La situación es la misma en la Antártida y “no tenemos forma de detener este proceso. Tenemos que asumir las consecuencias”.

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La subida del nivel del mar genera entonces varios problemas, como la salinización de los acuíferos, problemas de salud pública o el retroceso de las costas. “Son efectos que ya están y los seguiremos experimentando. Necesitamos entender su magnitud y trabajar con las comunidades costeras y los gobiernos regionales y locales para tratar de mitigar estos impactos negativos”.

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Sabemos que existe una buena posibilidad de que superemos el umbral de +1,5 °C durante esta década y alcancemos el aumento de temperatura de 2 °C. Fácilmente podríamos creer que las consecuencias serán las mismas, porque la brecha, a simple vista, no es tan grande y sin embargo la diferencia puede ser colosal. Por ejemplo, si la temperatura sube 1,5°C, “entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral del mundo desaparecerán y si llegan a los 2°C, desaparecerán todos”, subraya Luis Tuninetti. Esta es la razón por la que cada fracción de grado de calentamiento evitado importa enormemente.

Sequía

La acción climática es urgente

El cambio climático es un problema ambiental global que, según el científico Luis Tuninetti, pone de manifiesto ciertas desigualdades: “Está el norte que es rico y poderoso, con niveles de consumo desorbitados, y está el sur generalmente empobrecido. Desde el punto de vista de la justicia climática, el sur aporta apenas el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que el otro 92% se reparte en particular entre la Unión Europea, Estados Unidos, el resto del ´norte global´ y Europa, incluida Rusia".

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En particular, señala con el dedo a Estados Unidos, que es responsable del 40% de estas emisiones. Según él, el “sur global”, que emite pocos gases de efecto invernadero, en comparación con el “norte global”, será el primero en pagar las consecuencias de la inacción. No hay más tiempo que perder, debemos pasar de las palabras a los hechos ahora. “Tenemos que ser responsables y tenemos que actuar éticamente ante esta situación. Es imposible que el 20% de la población mundial use el 80% de los recursos”, dice.

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La conciencia está creciendo y las soluciones están al alcance y son rentables, ya que se basan en la propia naturaleza. “Es más barato invertir en la naturaleza como tal, restaurando, protegiendo o conservando, que intentar reemplazar toda la matriz energética de un país o un continente. Aunque algún día habrá que llegar a eso…”, analiza el experto Miguel Cifuentes.

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También es necesario poner en marcha lógicas de trabajo y aprender lecciones de la situación climática de estas últimas décadas. “La mitad del CO2 emitido en un momento dado permanece en la atmósfera durante un siglo. Por eso es una apuesta a futuro contra la que nada se puede hacer y la reflexión no debe hacerse sólo en el presente”, especifica Hervé Le Treut.

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Ya sea a nivel local, regional, nacional o internacional, todos debemos tomar medidas, grandes o pequeñas, para mitigar los impactos del cambio climático. Como dice el dicho, “planeamos para lo peor pero esperamos lo mejor”.

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