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Una experiencia inolvidable

Durante mi viaje en Francia, tuve la suerte de conocer dos de los estadios deportivos más famosos del mundo: el mítico Stade de France y el bello Parc des Princes. Los que me conocen, saben que el fútbol es una de mis grandes pasiones, y haber presenciado un partido de la selección francesa y otro del París Saint Germain, fue una experiencia inolvidable, que tenía muchas ganas de compartir.

 

Al poco tiempo de arribar, tuve la oportunidad de conseguir una entrada muy barata para ver un partido por las eliminatorias europeas para el próximo Mundial de Rusia. La selección local recibía a Bulgaria. El partido comenzaba cerca de las 21 hs. Recuerdo que salí muy temprano de la casa debido a la ansiedad por llegar.

 

Fui solo, sin hablar casi nada de francés. Tomé el metro, que en cada estación se llenaba poco a poco de camisetas azules que entonaban canciones que poco comprendía, pero que hacían sentir que ya estaba dentro del estadio. Al llegar, cada vagón del metro estaba repleto, casi no se podía mover un músculo. La caminata hasta el estadio fue magnífica, mucho canto, mucho color, mucha fiesta deportiva. Muy similar a lo que se vive aquí en Argentina, y supongo también en toda Latinoamérica.

 

Tras pasar los nervios de los controles policiales, pensando que si alguien me preguntaba algo no iba a entender nada y, mucho menos, iba a poder responder, me encontraba subiendo la escalera de ingreso a las tribunas. Cuando por fin pude visualizar el interior del estadio, me quedé plasmado, juro que esa imagen aún no la olvido. Todo era perfecto, desde las butacas de cada tribuna, hasta el césped que parecía pintado a mano.

Encontré mi ubicación, las banderas de color azul, blanca y roja comenzaban a flamear en cada tribuna como si fuera una coreografía. Y por fin, ya con los jugadores dentro del campo, lo esperado por todos los franceses: la marsellesa. Debo reconocer que, aunque no es el himno de mi país, y no comprendía casi nada de la letra, escucharlo cantado por miles de personas al mismo tiempo, me emocionó bastante. Abajo dejo el video de ese momento para que puedan observarlo.

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En cuanto al partido no hay mucho que decir, por suerte vi muchos goles y sobre todo, la victoria de Francia por 4 a 1, para que todos se vuelvan contentos a sus casas. Sin dudas, para muchos esto puede parecer algo insignificante, nada más que un partido de fútbol. Para mí, en cambio, fue la oportunidad de conocer y sentir en primera persona, cómo se vive en un país muy alejado geográficamente del mío, un espectáculo deportivo que incumbe a una Nación entera y que a mí me apasiona. En efecto, para mí, fue una experiencia inolvidable.

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Alejandro

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