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EL CONGRESO NACIONAL DICE NO A LOS OGM

El Congreso de la República del Perú votó para extender la ley que prohíbe los cultivos transgénicos por otros quince años. El país quiere proteger su inmensa biodiversidad y no cuenta con las regulaciones adecuadas para permitir la introducción de OGM en su territorio.

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Dos agricultores cultivando la tierra en Huancayo, en los Andes peruanos © SineLimes

En diciembre del año 2011 nació la ley N ° 29811 que prohibió por 10 años consecutivos la introducción y producción de Organismos Vivos Modificados (OVM) para el cultivo y la cría, incluidos los organismos acuáticos. “Quedan excluidos de esta ley los OVM destinados a ser utilizados en un espacio confinado para investigación y los utilizados como productos farmacéuticos y veterinarios, regidos por tratados internacionales”, aclaró Cecilia Mendiola, coordinadora de seguimiento y evaluación de proyectos dentro de la Red de Agricultura Ecológica del Perú. Según ella, "la aprobación de una moratoria de 15 años se basa en la evidencia de que aún quedan, a pesar de los esfuerzos del Ministerio de Medio Ambiente, cuestiones pendientes".


Enrique Elías, coordinador de la Red Ambiental Peruana está totalmente de acuerdo con la extensión de esta medida destinada a proteger la inmensa biodiversidad con la que cuenta el país. "La biodiversidad del país es parte de nuestra identidad nacional. Tenemos la suerte y el desafío de vivir en un país donde la diversidad y la cultura conviven desde hace miles de años y, por tanto, el patrimonio genético de la agrobiodiversidad peruana es uno de los más importantes del mundo”, agregó.


Perú no parece dispuesto a abrir sus puertas a los cultivos transgénicos por muchas razones. La primera, y una de las más importantes, es la falta de regulación. "No existe un seguimiento adecuado y eficaz. El tema del seguimiento es crucial a través de órganos que conozcan claramente sus funciones y una normativa interna que permita el seguimiento, control y gestión de riesgos y daños", explicó la especialista Cecilia Mendiola.


Por ejemplo, actualmente existen cultivos transgénicos ilegales de maíz amarillo en Piura, en el norte de Perú. En respuesta a esta acción ilegal, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) ha puesto en marcha talleres de sensibilización, sin embargo "esto no erradica el maíz OVM cultivado. Aún no tenemos un sistema nacional de bioseguridad en pleno funcionamiento. No hay capacidad sancionadora. Los órganos competentes no cuentan con las herramientas para sancionar en caso de daños”, indicó.


Evidentemente, también entra en juego la cuestión ambiental, recordemos que el Perú ya está muy afectado por actividades ilegales como la minería, la explotación de hidrocarburos y la deforestación. “Tememos por los bosques amazónicos que ya están suficientemente amenazados. Ahora no es el momento y no estamos preparados para gestionar los riesgos de este modo de producción basado en OGM, cuyos resultados ya han dejado cicatrices y devastado millones de hectáreas de bosques en otros países de la región”, aseguró Enrique. Además agregó que “nuestro país no ha logrado construir un sistema de evaluación y manejo de riesgos, imprescindible para enfrentar la agricultura transgénica".


Frente a las dificultades que enfrenta la selva amazónica, la autorización de OGM sería verdaderamente perjudicial para la región. El investigador y profesor en bioseguridad y recursos genéticos, Santiago Pastor-Soplín, asegura que el modelo de producción asociado a los OVM se basa en la agricultura intensiva y esto provocaría "desiertos verdes, bosques deforestados o la pérdida de especies importantes. Si permitimos que este modelo avance, será en detrimento de la Amazonía y quienes quieran implementarlo lo saben perfectamente”.


Al protegerse contra la introducción de cultivos transgénicos, Perú puede así conservar toda su agrobiodiversidad y la fertilidad de sus suelos. “Esto asegura la seguridad alimentaria del pueblo peruano. Por eso es impensable establecer un modelo industrial transgénico como en Argentina, Bolivia o Estados Unidos. Además, la diversidad biológica in situ es una ventaja competitiva y comparativa ya que sigue desarrollándose genéticamente y se mejora”, confirmó Cecilia Mendiola, integrante de la Red de Agricultura Ecológica del Perú, agregando el siguiente ejemplo: “En medio de la crisis del COVID -19, las exportaciones de productos orgánicos aumentaron un 13% según los datos señalados por PromPerú, información que contradice las afirmaciones de ciertos científicos e industriales peruanos que aseguran que la moratoria impuesta en 2011 tuvo consecuencias negativas para las exportaciones y la economía en general".

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Deforestación en la selva amazónica -  Región de la Selva Central ©SineLimes

Poca superficie para pequeños agricultores ...

Perú, un país rico en recursos naturales, puede vivir en total autonomía alimentaria sin recurrir a cultivos transgénicos. "El 87% de los alimentos frescos que se consumen en el Perú son producidos por pequeños agricultores familiares. Durante la pandemia, no nos faltó nada gracias a ellos", confirmó Cecilia Mendiola.


En Perú, los pequeños productores agrícolas representan alrededor del 70% de la agricultura en todo el territorio y no poseen más de 5 hectáreas, mientras que “el 1% de los productores pertenecientes a grandes empresas administran el 77% de la superficie total del área cultivada en Perú, y ésta se destina principalmente a agroexportaciones”, explicó Celfia Obregón, directora ejecutiva del Centro de Innovación Productiva y Transferencia de Tecnología (CITE).


En consecuencia, los pequeños productores que abastecen el mercado interno del Perú poseen solo el 6% del área dedicada a la producción agrícola. "Estos son los datos que debemos evaluar para desarrollar políticas agrícolas", agregó.


En la actualidad, según los datos aportados por Enrique Elías, experto de la Red Ambiental Peruana, la agricultura denominada "familiar" representa el 82% de la tierra dedicada a legumbres, 74% a cereales, 72% a hortalizas y finalmente 63 % a frutas.

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Mercado de frutas y verduras en Oxapampa, en la región de Pasco, Perú. ©SineLimes

... que hacen que la agricultura tradicional sin OGM continúe

La implantación de campos de cultivos transgénicos en el Perú, como lo están haciendo algunos de sus países vecinos, sería un verdadero desastre ecológico pero también cultural e identitario. Los agricultores que trabajan a pequeña escala mantienen vivas las tradiciones ancestrales.


“Sus usos y costumbres ancestrales se basan en el manejo e intercambio de semillas. Esta tradición, utilizada desde hace miles de años, ha dado lugar a flujos genéticos. El resultado es el siguiente: una inmensa biodiversidad de tubérculos, raíces, cereales, legumbres... Estas semillas son un patrimonio que se transmite de generación en generación”, detalla la especialista Cecilia Mendiola.


Se trata de variedades en Perú. No existe una práctica agrícola específica. Puede haber, por ejemplo, huertos con múltiples cultivos; combinaciones de plantas para controlar las invasiones de plagas; o sistemas agroforestales, especialmente en la selva amazónica. "También existen técnicas ancestrales de conservación de alimentos. El Estado impulsa programas para recuperar y difundir estos sistemas a veces olvidados", aseguró.


Estas prácticas agrícolas, en armonía con la naturaleza, no deben desaparecer en favor del beneficio y la productividad. "El Perú es un banco genético extraordinario y un granero de variedades. Hay más de 20.000 especies botánicas, de las cuales 7.590 son endémicas, y una fauna aún mayor", afirmó Enrique Elias. La diversidad climática en el territorio peruano es lo que dio origen a su increíble variedad de especies.


“En un mundo que está perdiendo su patrimonio agrícola a una velocidad vertiginosa, la estructura agraria peruana, basada en la pequeña finca y la agricultura familiar, asegura y fomenta la diversidad”, concluyó Enrique Elías.


Por lo tanto, hoy en día, a medida que los problemas ambientales ganan terreno y se siente la voluntad de cambiar y mejorar nuestras prácticas, el deseo de introducir OGM no debería ser un tema de debate. Uno de los problemas a resolver rápidamente, según Cecilia Mendiola, es el del desperdicio de alimentos.


En Perú se tira a la basura aproximadamente el 33% de los alimentos producidos. “Es importante mencionar que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) informa que se producen suficientes alimentos en todo el planeta para alimentar a la población mundial, pero estos se desperdician o se desechan. En Perú, cada año se pierden 9 millones de toneladas de alimentos cuando con ello se podría alimentar a 2 millones de peruanos”, detalló.


El modelo transgénico no es una solución viable y "no ha cumplido ninguna de sus promesas, no ha eliminado el hambre en el mundo, no ha reducido el uso de pesticidas,  no ha mejorado los rendimientos", agregó para justificar su negativa categórica a introducir OGM en su país.


Sin embargo, rechazar los cultivos transgénicos no es sinónimo de obstaculizar el progreso científico. Según el director del CITE, se debe fomentar la ciencia y promover la innovación en las universidades públicas y privadas del Perú con una visión sustentable. "Debemos revalorizar e incorporar los conocimientos ancestrales".

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