Moscú, la capital rusa, es una ciudad excepcional para descubrir durante la temporada navideña. A pesar de las temperaturas bajo cero, la decoración, las luces, los colores, un ambiente cálido y festivo se despliegan sobre toda la ciudad. Es cierto que no planeaba viajar a Rusia, pero los encuentros inesperados permiten cambiar nuestros planes y descubrir nuevos horizontes.

Fue en Argelia, hace unos años, cuando trabajaba para un periódico de ese país, que conocí a una chica de nacionalidad rusa. Nos quedamos unos meses allí, y prometimos vernos una vez en Moscú y una vez en París.

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Me fui con algunas ideas previas que fui escuchando sobre el país, pero no quería pensar en eso. Por el contrario, solo quise descubrir desde cero este país que era desconocido para mí. Fue a mediados de diciembre. Capas de nieve cubrían los techos de la ciudad, el "chapka" y las botas eran necesarias.
 

Visitar la ciudad con un nativo fue una gran experiencia. Te dejas guiar y descubres lugares en los que nunca habías pensado estar. El lenguaje no es una barrera, por el contrario, te das cuenta de que hablar no es necesariamente la única forma de comunicarse. Las sonrisas, los gestos, las expresiones faciales dicen mucho sobre cómo te sientes y piensas. Por supuesto, ¡el inglés a veces puede salvarte!

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Si tienes la oportunidad de visitar Moscú, te recomiendo que vayas allí en diciembre, antes o durante las fiestas de Navidad, no te arrepentirás. ¡Si te gustan los mercados navideños y los ambientes de hadas, ésta es la ciudad que tienes que ver!