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MÉXICO PROHÍBE EL MAÍZ TRANSGÉNICO

Y EL GLIFOSATO PARA 2024

A pesar de la crisis sanitaria, el año 2020 termina con una nota alta en México gracias al anuncio, mediante decreto presidencial, de la prohibición progresiva del maíz transgénico y el uso de glifosato para el año 2024. Pero surge una pregunta: ¿Son suficientes tres años para enfrentar este desafío?

Es en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que, el 31 de diciembre de 2020, se publicó el Decreto Presidencial, que marca la prohibición del cultivo y consumo de maíz transgénico pero también la eliminación paulatina del glifosato. Luego, el gobierno mexicano se dio tres años para lograr sus ambiciosos objetivos...


Desde hace unos veinte años surge en México la cuestión del maíz transgénico. Esta decisión del gobierno es, por tanto, para algunos, una auténtica victoria en esta lucha por acabar con el cultivo de organismos modificados genéticamente. 

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Diversidad de maíz en México ©Nancy Arizpe

"Esta decisión es histórica, ya son 21 años que redes campesinas, investigadores y organizaciones civiles han librado batallas legales y organizativas contra los transgénicos en México", declaró Greenpeace México mediante un comunicado en su sitio web y agregó que "ha llegado el día de saldar la deuda histórica de la diversidad genética en México. Celebramos la prohibición del maíz transgénico y la progresiva prohibición del glifosato para el año 2024. Son pasos importantes para avanzar hacia la producción ecológica, preservando la biodiversidad y la agrobiodiversidad, forjadas por manos campesinas durante milenios. Esto nos da la oportunidad de beneficiarnos de un medio ambiente y un sistema agroalimentario verde y justo".


Los cultivos de maíz transgénico nunca han sido autorizados oficialmente. Hubo cierta vaguedad en torno a este controvertido tema, por lo que la firma del decreto permitió clarificar la situación del maíz transgénico en el país. "El gobierno mexicano ha tomado ciertas precauciones para la introducción del maíz transgénico por dos buenas razones: primero, el maíz es uno de los principales componentes de la dieta mexicana, está presente en muchos platos que consumimos y lo comemos en diferentes formas (tortillas, tamales). Creo que somos el país que más maíz consume per cápita a nivel mundial. En segundo lugar, México es el país con mayor diversidad genética y de la domesticación del maíz”, explicó Luis Rafael Herrera Estrella, ingeniero bioquímico, investigador y profesor universitario, director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGEBIO).


Para que conste, el origen del maíz en México se remonta a unos nueve milenios... A partir de ahí, el maíz se diversificó genéticamente y nacieron todos los tipos de maíz que conocemos hoy. "Se dice que hay 50 o 60 razas ancestrales que sirvieron de base para todos los tipos de maíz que existen en la actualidad", afirma el experto científico Luis Herrera.


Con la introducción de los transgénicos, las consecuencias podrían ser desastrosas si no se establece un marco estricto y una normativa adecuada desde el principio. "Se ha debatido mucho pero, obviamente, si se cultiva maíz transgénico sin las debidas precauciones, es imposible evitar que los transgenes se propaguen a los maíces que se encuentran en los alrededores", añadió. 

El maíz, una planta sagrada para conservar

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Maíz blanco en México ©Luis Herrera

Una vez que conocemos los orígenes del maíz, rápidamente entendemos que esta planta ocupa un lugar importante en la historia y la vida cotidiana de los mexicanos, por lo que su conservación parece imprescindible para no perder esta riqueza que perdura desde hace miles de años.

 
"El maíz no solo es importante para los aztecas y mayas, sino también para los 64 grupos indígenas que siguen existiendo en México. A pesar del desarrollo rural, desde la década de 1970 las comunidades han continuado cultivando variedades indígenas o nativas, pero estas son cada vez más raras. Muchas comunidades están siendo acechadas por cultivar semillas híbridas ya que esa es la alternativa para luego poder comercializarlas”, indicó Nancy Arizpe, profesora de CONACYT -Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología- adscrita a CONABIO -Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad-, al tiempo que agregó que “debemos preservar la cultura de estas especies nativas, los jóvenes deben seguir trabajando en la tierra y también debemos promover estas especies en el mercado”.


Sin embargo, no debe olvidarse que han pasado varios miles de años y el maíz evolucionó naturalmente a través del intercambio de genes de maíz. Por eso, para Luis Herrera, científico con muchos premios y para quien el maíz ya no tiene secretos, decir que el maíz se conserva desde hace 5.000 años y que el maíz transgénico distorsionará todo con sus genes, es mentira. “Por ejemplo, cuando se usaba maíz para pozole -un plato tradicional mexicano- hace 5.000 años, el agricultor lo sembraba, experimentaba y mezclaba con otros. Además, su vecino agricultor también sembraba otro tipo de maíz y, en este caso, el intercambio de genes de maíz era inevitable".


Según él, la introducción de un maíz transgénico no tiene ningún peligro para la preservación de especies nativas. Para explicarlo, da un claro ejemplo: "La entrada de estos transgenes, cruzados con materiales comerciales, no distorsionará el maíz nativo, porque los agricultores que lo cultivan lo han estado haciendo cerca del maíz comercial por más de 80 años. A pesar del intercambio de genes, conservaron el maíz nativo más  allá de que no se tomaron precauciones para aislarlos del maíz comercial no transgénico".


Cabe recordar que el maíz destinado a la comercialización en México -las variedades mejoradas e híbridas- es vendido por empresas multinacionales. "El 95% de estas variedades provienen de multinacionales. Durante años, incluso décadas, ha sido así y nunca ha pasado nada. De repente, mas allá de que será la misma variedad, pero con un transgén, el maíz va a ser destruido..." , expresó el ingeniero, señalando la incomprensión a la que se enfrenta actualmente.

Glifosato, ¿Qué consecuencias para el medio ambiente y la salud humana?

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Campo de maíz en El Quelite, Estado de Sinaloa, México ©Nancy Arizpe

Hoy en día, es difícil negar los riesgos ambientales y para la salud asociados con el uso excesivo de herbicidas. El glifosato, un herbicida sistémico de amplio espectro que bloquea una enzima que las plantas necesitan para producir aminoácidos y proteínas, es conocido en todo el mundo y se usa ampliamente en la industria agrícola.


En Australia, los científicos han elaborado el primer mapa del mundo de contaminación del suelo con glifosato. El resultado es impresionante... 3/4 de las tierras agrícolas del mundo se tratan con glifosato. Sin embargo, destacan que los niveles de contaminación estimados en sus mapas no corresponden necesariamente a riesgos para el medio ambiente o la salud, ya que aún estos se desconocen y requieren más estudios.


"El glifosato en México es utilizado por grandes y pequeños productores por igual. Hay muy pocas tecnologías orgánicas para combatir enfermedades y plagas. Los pequeños productores saben que el glifosato es peligroso pero, debido al desequilibrio ecológico que existe, no tienen más remedio que utilizar este herbicida”, confirmó la profesora Nancy Arizpe.


Según datos publicados por la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales de México (SEMARNAT), los plaguicidas -fungicidas, herbicidas e insecticidas- se utilizan con frecuencia en el norte del estado de Sinaloa y en el Valle de Culiacán, en el Valle del Yaqui en el Estado de Sonora, en el Bajío en el Estado de Guanajuato, en el Altiplano de Chiapas y en la Península de Yucatán.


Ante este uso intensivo, las consecuencias pueden ser directas e indirectas sobre la biodiversidad... "Por un lado, las funciones de los insectos en los ecosistemas -en el control de plagas y en la polinización- se ven directamente afectadas por la eliminación de plantas esenciales para estas especies . Por otro lado, la presencia comprobada de glifosato en cuerpos de agua superficiales, en aguas subterráneas y en el medio marino, altera las comunidades acuáticas naturales. Se ha convertido en un factor de desequilibrio ecosistémico”, confirma el informe publicado por la SEMARNAT.


En cuanto a los efectos sobre la salud humana, el glifosato también da que hablar. "Según la evidencia de la presencia de glifosato no solo en cuerpos de agua, sino también en fluidos humanos (orina, sangre, leche materna), es muy probable que la cadena alimentaria sea una ruta a través de la cual las personas pueden estar expuestas al glifosato", destaca el informe realizado por la Coordinación General de Contaminación y Salud Humana del INECC (Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático).


Por su parte, el ingeniero bioquímico Luis Herrera desea enfatizar un punto importante según el cual el glifosato no es necesariamente sinónimo de cultivos transgénicos, también es muy utilizado para cultivos no transgénicos. "Entonces, ¿Por qué no estamos mirando a los no transgénicos, pero sí a los transgénicos? Además, si logramos detener el uso de glifosato, ¿Con qué lo reemplazaremos? Otros herbicidas aún peores... El glifosato, nos guste o no, odiemos a Monsanto o no, es el herbicida menos peligroso de todos los disponibles. Al prohibir el glifosato, ¿Tendremos que empezar a usar 2,4-D -Agente naranja- como en la guerra de Vietnam?”, plantea la pregunta con cierto cansancio ante la toma de decisiones del gobierno.

Luis Herrera afirma que no busca defender a Monsanto, sino que quiere demostrar que el glifosato no es el único enemigo contra el que debemos luchar. "El glifosato ha sido clasificado por la Unión Europea en el nivel 4 por sus riesgos cancerígenos. Es uno de los niveles menos peligrosos. Entonces, ¿Cuáles son los niveles de los otros productos que consumimos en la industria alimentaria? Hay productos que están clasificados en nivel 2 o 3 y los consumimos de todos modos...”, aclaró. Al mismo tiempo, agregó “¿Cuántas personas mueren al año por culpa de los insecticidas? ¿Por qué no hay escándalo ante esto?”.
 

Maíz transgénico, ¿a favor o en contra?

Recordamos, hace poco tiempo, Argentina autorizó la producción y comercialización del primer trigo transgénico. Esta decisión generó muchos comentarios y opiniones divididas. La población comienza a darse cuenta de la importancia y urgencia de preservar el planeta, por lo que consumir organismos modificados genéticamente se vuelve cada vez más impensable.


En México, si bien el tema del maíz transgénico siempre ha sido particularmente tenso, el gobierno ha puesto fin de una vez por todas a la posibilidad de cultivarlo en su territorio. El camino ha sido muy largo y, al final, fueron los grupos de activistas los que tuvieron la última palabra. “El día que el gobierno decidió permitir la siembra de maíz transgénico en áreas experimentales, grupos de activistas demandaron a todos los funcionarios públicos que formaron parte de esta decisión, a pesar de que estos agentes actuaron respetando las leyes y regulaciones aplicables”, dijo Luis Herrera. Entonces, por primera vez, desde el 1 de enero de 2021, el maíz transgénico está oficialmente prohibido en México.


Sin embargo, México está lejos de ser perfecto. Es posible que el maíz transgénico no haya logrado ocupar su lugar, pero se permiten otros organismos modificados genéticamente, como en el algodón y la soja. "Los cultivos de algodón transgénico han acabado con la agrobiodiversidad del algodón silvestre y las especies de algodón domesticado. Recientemente, los cultivos de soja transgénica fueron prohibidos en la península de Yucatán ya que tuvieron un fuerte impacto en los apicultores mayas que exportan grandes cantidades de cultivos a Europa. Sin embargo, la soja transgénica se sigue cultivando en el norte del país”, aclaró la profesora del CONACYT Nancy Arizpe.


Con respecto a los riesgos para la salud, no es raro escuchar a los científicos afirmar que los cultivos transgénicos no tienen un impacto negativo en ella. Luis Herrera asegura que no se debe confundir los riesgos para la salud asociados con los herbicidas de los asociados con los transgénicos. “Entiendo que en el caso del maíz resistente al glifosato, la población está preocupada, no por el maíz transgénico, sino por el glifosato. El maíz transgénico no tiene consecuencias para la salud humana, sería el glifosato aplicado al maíz el que podría tener un impacto en la salud”, afirma. Además, agrega que “los cultivos transgénicos son los únicos en ser testeados. Se deben realizar pruebas de toxicidad o incluso pruebas nutricionales para recibir la aprobación. En los demás casos, no hay pruebas. Por ejemplo, si colocas Bacillus thuringiensis -una especie de bacteria utilizada por sus propiedades insecticidas- en su maíz, no tienes que realizar ninguna prueba. Los agricultores orgánicos agregan bacterias enteras a sus cultivos y luego comemos las bacterias y las proteínas. ¿Por qué el maíz transgénico causaría más daño que el maíz bañado en bacterias?"


Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Caen (Francia) y Verona (Italia) y publicado en 2012, es escalofriante. En él se demostró que las ratas, alimentadas con maíz transgénico -R – tolerante a NK603- de la multinacional Monsanto y destinadas a ser resistentes al herbicida Roundup, desarrollaron tumores cancerígenos rápida y masivamente. Por lo tanto, los organismos genéticamente modificados están lejos, muy lejos de ser unánimes...

Alternativas para sustituir transgénicos y glifosato... 

El gobierno mexicano se da tres años para cumplir con los objetivos planteados, ¿Este tiempo es suficiente? Durante este corto período de tiempo, los agricultores deben cambiar sus métodos de producción y eliminar completamente el glifosato de sus hábitos de producción.


"Creo que son decisiones apresuradas porque ¿Qué otras alternativas podemos desarrollar? Tendrían que ser compuestos naturales que produzcan algún organismo que tenga la función de un herbicida natural. ¿Crees que las empresas agroquímicas no están buscando eso como locos? Imagina que nosotros dentro de nuestra grandiosa diversidad genética que tenemos en México -uno de los países con mayor diversidad genética en el mundo- encontramos una planta o algo que produce un herbicida maravilloso que no tenga ningún efecto contra animales ni humanos, que sea muy específico contra plantas, biodegradable, etc.. En es caso habría que aislarlo, caracterizarlo, tener su estructura química, la ruta de biosíntesis de la molécula y establecer una empresa que lo produzca. ¿Todo eso en tres años? Imposible”, aseguró el científico, Luis Herrera.

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Maíz amarillo en México © Luis Herrera

"El desafío es muy grande ya que debe haber coherencia entre las distintas secretarías de gobierno", afirmó Nancy Arizpe. Asimismo agregó que "dentro de las propuestas que se hacen, una de ellas consiste en generar un mercado para los pequeños productores, principalmente para los que estarán viviendo la transición de glifosato a orgánico. Sin embargo, el proceso podría demorar 5 años, por lo que habría un cambio de gobierno durante el proceso..."


Como esta toma de decisiones de gobierno se tomó en forma de decreto, el propio presidente puede modificarla o suprimirla cuando lo desee, así como los próximos presidentes. En consecuencia, en cualquier momento, si no se alcanzan los objetivos, este decreto puede caer en el olvido durante las próximas elecciones presidenciales de 2024.


"Un proyecto así se puede lograr en diez años. Y ni siquiera así se puede garantizar el éxito, ya que no sé si se encontrará algo que las empresas no hayan encontrado aún. Es posible, pero no es seguro tener éxito. Si aún no lo han encontrado en ningún lugar del mundo, no es porque no quieren reemplazar el glifosato que ya lleva 40 años en el mercado, sino porque no pueden encontrar una molécula mejor. ¿Por qué Bayer compró Monsanto? Bayer es una de las tres empresas químicas más exitosas del mundo. ¿Por qué, en lugar de comprar Monsanto, a Bayer no se le ocurrió proponer una molécula mejor que el glifosato para así sacar a Monsanto del mercado? Porque creo que no es fácil. Entonces, para nosotros será difícil lograrlo con los recursos que tenemos", aclaró Luis Herrera, asegurando que no está en contra de las medidas tomadas sino en contra de la precipitación de las mismas y la ausencia de alternativas.

...Pero México sigue importando maíz transgénico de Estados Unidos

Lamentablemente, este decreto tiene sus límites porque las importaciones de maíz, en su mayoría de Estados Unidos, no están prohibidas. De hecho, México no produce suficiente maíz en comparación con el consumo de su población. Según un informe sobre el mercado de maíz –realizado en agosto de 2019 por la Agencia de Servicios de Comercialización y Desarrollo del Mercado Agrícola (ASERCA) y el Centro de Información del Mercado Agroalimentario (CIMA)- México produce y exporta maíz blanco pero importa cantidades importantes de maíz amarillo. Por ejemplo, según las estimaciones previstas sobre la producción comercial total de 2018/2019, alrededor del 87% corresponde a maíz blanco.


En México, el uso de estas dos variedades de grano de maíz es muy diferente. El maíz blanco se destina principalmente al consumo humano, mientras que el maíz amarillo se utiliza en la industria o en la fabricación de alimento para ganado.


Por lo tanto, si se prohíbe el maíz transgénico en territorio mexicano, lógicamente ya no se deberían permitir las importaciones del mismo. Pero lamentablemente este no es el caso. "Tenemos prohibido sembrar maíz transgénico, pero importamos entre 10 y 15 millones de toneladas de maíz al año y ese maíz es transgénico", explicó indignado Luis Herrera.


De hecho, según el informe, Estados Unidos es el mayor productor de maíz del mundo, seguido de cerca por China. En consecuencia, en el ranking de países exportadores de maíz, Estados Unidos, sin grandes sorpresas, ocupa el primer lugar en el podio, seguido de Brasil y Argentina. Por su parte, cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) indican que México ocupa el segundo lugar en el ranking de países importadores de maíz.


En consecuencia, la lucha contra los organismos modificados genéticamente aún tiene un largo camino por recorrer en México. "El gobierno no va a poner una soga al cuello y a exigir la producción de 15 millones de toneladas más de maíz en tan solo tres años. Eso es tan difícil como encontrar una alternativa a los herbicidas", aclaró.

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