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Mientras que Francia y otros países europeos han comenzado a desconfinarse gradualmente, en América Latina el virus continúa propagándose activamente. Después de Brasil, Perú es uno de los países más afectados de América del Sur. Se podría creer que esto es sinónimo del cese temporal de las actividades mineras o de la deforestación en la Amazonía, ¿Es así realmente?

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Vista desde el Centro de Salud de "Bajo Kimiriki" - Selva Central

A pesar de la cuarentena que se ha implementado desde el 15 de marzo en Perú, la situación sanitaria ha tenido problemas para mejorar. Actualmente, el país tiene más de 268,000 casos de contaminación por COVID-19 y más de 8,700 muertes relacionadas con este virus. Como era de esperar, la capital, Lima, es la más afectada por el virus con más de 151,000 casos registrados. En cuanto a la región amazónica del Perú, en los departamentos de Ucayali y Loreto, el virus también se ha propagado con más de 7000 y 8000 casos de contaminación por COVID-19 respectivamente.


La Amazonía, que ya se encuentra en un perpetuo combate contra la minería y la deforestación intensiva, debe luchar hoy en día contra un enemigo invisible, el COVID-19. El confinamiento está lejos de haber frenado la minería ilegal y la deforestación...


"Las explotaciones mineras legales e ilegales no han detenido sus actividades. Contamos aproximadamente 2,500 intervenciones de la fiscalía durante el confinamiento y más del 60% de sus intervenciones se dirigieron a la minería ilegal de Madre de Dios, una región importante de la Amazonía", explicó César Ipenza, ex asesor del Primer Ministro del Medio Ambiente entre 2009 y 2011, profesor universitario, abogado de la Universidad de San Martín de Porres y, sobre todo, especialista en temas ambientales.


Agregó que "todos debíamos estar confinados y sin embargo la deforestación ha continuado y todavía continúa. Además, hace unas semanas, la fiscalía de Madre de Dios intervino en un área donde anteriormente esta actividad aún no estaba completamente desarrollada. En otras palabras, había un sorprendente campamento minero en la zona de amortiguamiento de la reserva nacional de Tambopata", dijo con precisión. "La deforestación ha aumentado claramente durante la pandemia".


Hay que recordar que en la Amazonía, la deforestación y la minería, actividades estrechamente vinculadas, continúan aumentando cada año. Es un verdadero desastre ecológico. "Los estudios extraoficiales muestran que la deforestación ha aumentado en 100,000 hectáreas en los últimos años y asimismo apuntan a un aumento exponencial de la minería en la región", confirmó.

El precio del oro en juego 

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Entrada de la explotación minera informal en "Puerto Union" - Selva Central - Amazonía Peruana

Perú es el principal productor de oro en América Latina, por lo que muchas operaciones mineras están interesadas en sus riquezas. Actualmente, el precio del metal amarillo aumenta constantemente debido a la pandemia de COVID-19. Una onza vale aproximadamente 1,700 dólares estadounidenses. De hecho, frente a esta crisis de salud global, el oro prueba una vez más que es un "refugio seguro". De este modo, la mayor demanda de oro trae consecuencias inmediatas sobre nuestro medio ambiente.


Jorge Caballero, biólogo e investigador del Centro de Innovación Científica del Amazonas (CINCIA) orientado hacia el uso de técnicas de detección remota y análisis espaciales para evaluar los impactos ecológicos de las operaciones de extracción de oro en la región amazónica, explica que "después de una recesión económica mundial, la minería ilegal y la deforestación están en aumento debido al incremento de los precios del oro ante la suba de la demanda mundial. Por ejemplo, en el sureste de la Amazonía peruana, la tasa de deforestación de las minas de oro ha aumentado en más de 6000 hectáreas por año desde 2010 con un pico de 9860 hectáreas en el año 2017".


El departamento de Madre de Dios, en la Amazonía peruana, se ve particularmente afectado por las operaciones mineras, tanto ilegales como formales o en proceso de formalización. 


"La construcción de la carretera interoceánica en 2012 y el aumento en el precio del oro son dos factores que han provocado el aumento de la minería ilegal en un área conocida como La Pampa. Por lo tanto, la deforestación es particularmente alta en esta área", explicó France Cabanillas, coordinadora del proyecto de reforestación y restauración de áreas degradadas por actividades mineras en el Centro de Investigación Científica del Amazonas (CINCIA).


Enfatizó que la cuarentena ha detenido efectivamente "la actividad minera legal y todas las actividades productivas en la región, pero que actualmente se están reiniciando para cumplir con los protocolos de salud. La minería ilegal no necesita de todo eso... La cuarentena no tuvo ningún efecto".


Ante esta deforestación masiva y la explotación ilegal de los recursos del país, ¿Qué medidas ha implementado el Estado? Según Jorge Caballero, "la medida más importante tomada por el gobierno peruano para combatir la extracción ilegal de oro en la región fue en febrero de 2019 con el plan “Mercury”. Alrededor de 1.200 policías y militares fueron desplegados para intervenir en zonas mineras ilegales como La Pampa, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Después de esta operación, se crearon bases de la policía militar para evitar el regreso de los mineros ilegales. Hasta el momento, las intervenciones en la región continúan, mientras que la minería ilegal se extiende a otras áreas fuera del corredor minero".

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Consecuencias ambientales, sanitarias y sociales. 

Selva Central - Amazonía - Perú

Los principales efectos negativos de la minería sobre el medio ambiente están relacionados con la erosión o el desgaste del suelo, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la destrucción del bosque primario y la contaminación del suelo y de las aguas subterráneas y superficiales. Todo esto afecta a la población, que no solo se encuentra en la zona involucrada, sino también en los alrededores.

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Una de las principales consecuencias de la explotación de los recursos minerales es la contaminación por mercurio. "Es uno de los insumos principales y más peligrosos a nivel internacional, como ha señalado la ONU. Afecta no solo a los bosques primarios, sino también a los bienes y recursos útiles y utilizados por la población local y pueblos originarios en diferentes regiones", expresó César, resumiendo la situación: "si la presencia de actividades ilegales continúa aumentando en nuevas áreas, estas pueden estar contribuyendo a la propagación del virus en estas áreas remotas, poniendo así la vida de las personas en peligro".

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Los pueblos originarios son los más vulnerables a la contaminación ambiental causada por la minería. Viven en gran medida de la caza y la pesca. Sin embargo, "el uso de mercurio para la extracción de oro puede acumularse en la red alimentaria acuática y terrestre. Por lo tanto, estos microorganismos provenientes de las mineras se encuentran directamente en los peces destinados al consumo humano", confirmó Jorge Caballero.

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Además de las consecuencias para el medio ambiente y la salud de las poblaciones locales, la minería ilegal representa redes de prostitución, trata de seres humanos e incluso la explotación de niños. "Estas también son las consecuencias de esta actividad ilegal", dice France Cabanillas.

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Sin embargo, como señala France, no debe olvidarse que estas actividades tienen un papel importante en la economía de las poblaciones locales y del país en general. "Es la principal actividad económica de la región. Generan trabajo".

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El objetivo actual es conciliar las necesidades económicas y el respeto al medio ambiente. Esto es posible si se fortalece el desarrollo económico, social y ambiental de las organizaciones mineras artesanales de pequeña escala para promover el oro responsable.

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